El ser humano posee dos
tipos de conocimiento, el explícito, que es el que fácilmente podemos plasmar,
transmitir y compartir, y el tácito, que es la creación de nuestras propias
relaciones de conocimiento, incluso aquellas que realizamos de forma inconsciente.
Si realizamos un a comparación cuantitativa entre los dos tipos de
conocimiento, podríamos encontrar que un 20% del conocimiento de un ser humano
es explicito, el 80% restante es conocimiento tácito, y precisamente allí es
donde radica la clave para las organizaciones que quieren trabajar en la gestión
del conocimiento, en buscar la estrategia para sacar ese conocimiento tácito y
convertirlo en explícito o por lo menos lograr transferirlo.
- Socialización: Solo se da cuando se encuentran varias personas reunidas y se pasa de un conocimiento tácito a otro conocimiento tácito.
- Externalización: Se da cuando el conocimiento tácito de una persona es plasmada en algo que pueda ser interpretado por alguien mas, transformando así el conocimiento en explícito.
- Combinación: Surge cuando a partir de un conocimiento explicito se genera otro conocimiento explicito diferente.
- Internalización: Se presenta al darle sentido al conocimiento explícito y convertirlo en conocimiento tácito al relacionarlo con los conocimientos que previamente se tenían.
Al utilizar los
diferentes procesos de conversión del conocimiento el ser humano va creando su
propio espiral de conocimiento, generando diferentes ciclos de transformación del
conocimiento, en donde cada vez este se va incrementando. Adicionalmente al
juntar los ciclos de conocimiento de cada una de las personas de la organización,
podemos encontrar que este misma también tiene su propio espiral que es
enriquecido por los conocimientos de sus empleados. Una de las estrategias para
realizar este intercambio dentro de las organizaciones son las pasantías, las
cuales pueden ser potencializadas por las organizaciones con el fin de hacer
crecer el espiral de conocimiento de las mismas.